El gobierno del presidente Donald Trump culpó a Irán por los recientes ataques a las sedes diplomáticas del país en Irak, según informó la Secretaria de Prensa, Sarah Huckabee Sanders, el martes.
“Irán no actuó para parar estos ataques de sus apoderados en Irak, a los cuales ha apoyado con financiamiento, entrenamiento y armas”, dijo Sanders en un comunicado de prensa.
La secretaria aseguró que Estados Unidos exigirá responsabilidades al “régimen” de Teherán por cualquier ataque que resulte en daños al personal o la infraestructura del gobierno de EE.UU. en el país.
“Estados Unidos responderá rápida y decisivamente en defensa de las vidas americanas”, dijo Sanders.
Según el portal The Hill, tanto Estados Unidos como Irán han apoyado durante años a partidos políticos de la oposición en Irak, lo cual ha generado tensión entre ambas naciones.
El sur de Irak ha sido escenario de violentas protestas durante las últimas semanas. Los manifestantes, quienes han prendido fuego a edificios gubernamentales, entre otros, demandan servicios básicos como agua y salud al igual que educación y empleo.
Uno de los actores afectados por las manifestaciones ha sido Irán: la semana pasada, algunos manifestantes prendieron fuego a la embajada del país en Basora.
Hoy, el embajador persa en Irak abrió un nuevo consulado para su país, cuatro días después del incendio. “Estoy aquí para inaugurar las nuevas premisas de nuestro consulado iraní en Basora…porque no queremos perder un solo día de servicios para las personas de Basora”, dijo el embajador Iraj Masjedi.
Junto con los Estados Unidos, Irán es uno de los países más poderosos con presencia en Irak.
Se espera que muchos peregrinos chiitas viajen a Irak en los próximos diez días para los rituales del Ashura y en octubre para las conmemoraciones del Arbaeen.
El edificio del consulado iraní en Basora fue incendiado por manifestantes el viernes, quemando los documentos y el equipo que estaban dentro del lugar. Ningún funcionario resultó herido.
Irán dijo que la responsabilidad respecto a la negligencia sobre el incidente recae en el gobierno iraquí, que anunció que se llevaría a cabo una investigación sobre las fuerzas de seguridad encargadas de proteger a la misión persa en Basora.
