Las muertes violentas en Chicago se han incrementado en un 58 por ciento, según datos del Departamento de Policía de la ciudad, que está en camino a su mayor récord de homicidios en un año desde 1997, cuando se registraron 761 asesinatos.
La policía de Chicago también ha reportado más de 3.300 incidentes con armas de fuego, un aumento de un 49 por ciento comparado con el mismo periodo el año pasado.
"Los niveles de violencia que hemos visto este año en algunas de nuestras comunicades es absolutamente inaceptable", dijo el superintendente de Policía de la ciudad Eddie Johnson.
Johnson atribuye la violencia a una combinación de una mayor actividad de pandillas y a las débiles leyes sobre control de armas que en su opinión no disuaden a los delincuentes convictos de portar y usar armas de fuego.
Sin embargo, activistas anti-violencia dicen que los homicidios, la mayoría de los cuales ocurren en unos cuantos vecindarios de bajos ingresos y predominantemente afroestadounidenses en el sur y en el occidente de la ciudad, también hacen surgir preocupaciones de que una sombría actitud se ha apoderado de los jóvenes en algunas comunidades de las más impactadas por la violencia.
