La Casa Blanca analizó la posibilidad de que el presidente Donald Trump pueda vetar nuevas sanciones contra Rusia, Irán y Corea del Norte, lo que provocó fuertes críticas por parte de los legisladores estadounidenses de ambos partidos políticos.
"Puede firmar las sanciones exactamente como son, o puede vetar las sanciones y negociar un acuerdo aún más duro contra los rusos", dijo el director de comunicaciones de la Casa Blanca, Anthony Scaramucci, a la cadena internacional CNN.
Incluso la indirecta de un veto provocó una rápida reacción del Capitolio.
"Creo que sería un muy mal error", dijo John Cornyn, republicano de Texas, a la VOA. "Lo que sería mejor es que los funcionarios de la Casa Blanca trabajen con nosotros en el legislativo”.
Este proyecto de sanciones le impide al presidente tratar con el presidente ruso Vladimir Putin, dijo el principal demócrata del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Ben Cardin, de Maryland. "Si él lo veta, significa que no quiere mano fuerte en el trato con el Sr. Putin".
"Es difícil entender lo que sale de la Casa Blanca", agregó Cardin.
El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, ridiculizó la aseveración de Scaramucci de que Trump podría negociar sanciones aún más duras contra Rusia. "Yo también soy neoyorquino", dijo Schumer, y añadió: "Y yo conozco al toro cuando lo escucho. La Cámara de Representantes aprobó el martes la sanción por un voto de 419 contra 3”.
El proyecto de ley pretende imponer un costo económico a Moscú, Teherán y Pyongyang, para una serie de actividades a las que Washington se opone, y da al Congreso el poder de bloquear cualquier medida presidencial para suspender las medidas punitivas.
Durante semanas de negociaciones, la administración Trump inicialmente rechazó lo que consideraba un intento de limitar la capacidad del Poder Ejecutivo para aliviar unilateralmente las sanciones, haciendo que el caso limita la influencia estadounidense en los intentos de impactar el comportamiento ruso y construir una mejor relación con el ruso Presidente Vladimir Putin. Esa preocupación parecía haberse resuelto al comienzo de la semana, cuando la Casa Blanca respaldó la legislación
