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Expertos en Washington abordan el tema de los ciclos de violencia contra niños en Centroamérica


La violencia en El Salvador y Honduras afecta a más de 8 millones de jóvenes según investigaciones realizadas por distintas organizaciones.
La violencia en El Salvador y Honduras afecta a más de 8 millones de jóvenes según investigaciones realizadas por distintas organizaciones.

La organización Diálogo Interamericano, que realiza entre otros estudios sobre políticas públicas, realizó el viernes un conversatorio titulado “Rompiendo el ciclo de violencia contra niños en Honduras y El Salvador”, en la sede de esta organización en Washington DC, con la participación de tres panelistas invitados de organizaciones relacionadas al tema.

Rachel Dotson, Directora de Iniciativas de Migración y Género, KIND; Daniela Ligero, directora ejecutiva de Juntos por las Niñas y Manuel Orozco, Director de Migración, Remesa y Programas de Desarrollo de Diálogo Interamericano, expusieron sus experiencias en el trabajo de estos países en programas de prevención de violencia.

La organización desarrolla estudios y programas que están enfocados en analizar las realidades de países en vías de desarrollo, incluyendo la violencia, en el centro de atención de estos expertos.

Según los panelistas más de 8 millones de personas, son menores de 24 años, y esta generación joven crece en un ambiente violento, rodeados de altas tasas de homicidios así como altos niveles de extorsión, presencia de pandillas, violencia doméstica y violencia sexual.

“Uno de los resultados consecuente de este ambiente violento, en los jóvenes, es que crecen pensando que la violencia es normal, y como adultos se pueden volver victimarios”, dice Manuel Orozco, de Diálogo Interamericano.

La migración es otra consecuencia de la violencia, según lo expusieron los panelistas, algo que ha sido confirmado por varios de los miles de migrantes que se encuentran en la frontera sur de Estados Unidos, que dicen ser víctimas de la violencia directa de organizaciones criminales en sus países, o han tenido experiencias relacionadas a este flagelo.

Rachel Dotson, quien ha trabajado en programa de prevención de violencia en Guatemala y Honduras, asegura que una de las mejores formas de tratar de romper el ciclo de violencia contra la juventud es trabajando directamente con las comunidades, creando conciencia entre los jóvenes sobre las consecuencias de la violencia.

La panelista Daniela Ligiero dijo que para romper estos ciclos es importante que haya un acuerdo entre gobiernos, comunidades y sociedad, y solo de esa manera se podrá tener éxito en los programas que se implementen.

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