De acuerdo a la información recibida, el 22 de junio de 2012, ambas recibieron disparos en la cabeza y fueron encontradas nueve horas después en un pastizal. Mollie Judith Olgin murió, mientras que Mary Christine Chapa fue hospitalizada; su condición tras una cirugía era grave pero estable.
Ante el acto, que según las autoridades pudo haber sido selectivo, la CIDH pidió al gobierno tomar acciones para garantizar a la comunidad de Lesbianas, Gay, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI) ejercer efectivamente su derecho a una vida libre de discriminación y violencia.
“Es obligación del Estado investigar de oficio hechos de esta naturaleza y sancionar a las personas que resulten responsables. La Comisión insta al Estado a abrir líneas de investigación que tengan en cuenta si este asesinato fue cometido en razón de la expresión de género, la identidad de género o la orientación sexual de la víctima”, señaló el organismo a través de un comunicado.
Por su parte, las autoridades habrían indicado que no creen que se trate de un atentado al azar, y dijeron que las características del crimen apuntan a que las víctimas habrían sido seleccionadas deliberadamente.
“La inefectividad de la respuesta estatal fomenta altos índices de impunidad, los cuales a su vez propician su repetición crónica, sumiendo a las víctimas y a sus familiares en la indefensión”, aseveró el organismo.
La CIDH recordó que las personas víctimas de discriminación y otras formas de violencia y exclusión pueden acudir a sus instancias para denunciar los hechos, y denunció que “existen problemas en la investigación de estos crímenes”, por lo que es muy difícil esclarecer si los delitos se cometen en razón de la identidad de género u orientación sexual de las víctimas.