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Continúa lucha contra narcotráfico


Éste es un editorial que refleja el punto de vista del gobierno de Estados Unidos.

Los gobiernos de Estados Unidos y Colombia firmaron un Acuerdo de Cooperación de Defensa, o ACD, el mes pasado, que ahora está vigente. El ACD racionaliza y regulariza previos acuerdos, y es una parte natural de nuestra relación que nos permite continuar trabajando estrechamente juntos para responder a los desafíos de seguridad dentro de Colombia.

Algunas naciones latinoamericanas expresaron considerable preocupación acerca del acuerdo. Se diseminó un malentendido de que, al terminarse el próximo año el alquiler de una instalación estadounidense en Manta, Ecuador, las operaciones antinarcóticos conducidas allí, serían transferidas a nuevas bases militares estadounidenses a crearse en Colombia. Esto despertó preocupaciones sobre una posible militarización de la región.

Ninguna nueva base, en realidad, está planeada o siquiera bajo revisión. Estados Unidos y Colombia han conducido desde hace mucho tiempo operaciones conjuntas antinarcóticos, y el ACD meramente formaliza y continúa el acceso que Estados Unidos ha tenido a algunas instalaciones colombianos, para una limitada cantidad de actividades, que en algunas instancias se remontan a la década de 1950.

El acuerdo permite el acceso de personal estadounidense a siete instalaciones militares colombianas. Esas incluyen dos bases navales, dos instalaciones del ejército, y bases de la fuerza aérea localizadas en Palanquero, Apiay y Malambo.

Todas éstas están y seguirán estando bajo comando colombiano. Más aún, todas las actividades conducidas por el personal estadounidense desde esas instalaciones tendrán lugar sólo y con la previa aprobación del gobierno colombiano. Finalmente, el acuerdo no señala o autoriza el incremento en la cantidad de personal militar o civil estadounidense en el país.

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