Chen, un abogado autodidacta, aterrizó en Nueva York junto a su esposa y sus dos hijos, donde vivió una entusiasta recepción de sus anfitriones en el país
El activista de 40 años, ejercerá como investigador adjunto en la facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York y aunque ha dicho que no busca exiliarse en Estados Unidos y que puede querer volver a China algún día, sus planes para el futuro son inciertos.
La decisión adoptada por China de dejar marchar del país a un ciudadano que cuenta con una condena y que logró fugarse del arresto domiciliario al que estaba remitido, generó una vergüenza internacional que es improbable que sea olvidada por el país asiático, dicen los analistas.