La Oficina del Censo cree que esta divergencia se origina en el cuestionario sobre la identidad, y sobre todo, sobre la forma en que los hispanos se identifican a sí mismos, que en grandes números se declararon de raza blanca.
El problema parece surgir en los formularios del censo, porque éstos preguntan ahora a los latinos si tienen origen hispano y luego pide que elijan entre "blanco" o "negro", pese a que muchos consideran que su procedencia hispana es su caracterización racial.
En un afán por mejorar la precisión, la Oficina del Censo desea contar a los hispanos como un grupo aparte de los blancos y los negros.
El censo también desea cancelar el uso de la palabra "negro" y dejar una opción para elegir "black" ("negro" en inglés) o "afroestadounidense".
Robert Groves, el director del censo, dijo que una extensa investigación durante el censo del 2010 descubrió que el hacer esos cambios permitió que aumentara el número de respuestas y mejorara la precisión.