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Probable sucesor en Cuba rechaza exigencias de cambio de EE.UU.


La tensión entre Estados Unidos y Cuba se agudizó tras los reclamos del país norteamericano sobre presunto ataque sónico de diplomáticos en la isla.
La tensión entre Estados Unidos y Cuba se agudizó tras los reclamos del país norteamericano sobre presunto ataque sónico de diplomáticos en la isla.

El hombre con más probabilidades de convertirse a comienzos del próximo año en el sucesor del presidente de Cuba, Raúl Castro, rechazó las exigencias de Estados Unidos de que la isla de gobierno comunista cambie su sistema político y económico.

En un discurso dominical en el que criticó la presión estadounidense sobre el gobierno venezolano y lo que calificó como un intento de desacreditar a la industria del turismo de Cuba, el primer vicepresidente del país, Miguel Díaz-Canel, dijo que este y otros hechos recientes en la región demuestran que “no se puede confiar ni un mínimo en el imperialismo, nada”.

Díaz-Canel estaba citando a Ernesto “Che” Guevara en una ceremonia para conmemorar el 50 aniversario del revolucionario, que ayudó a liderar un levantamiento en Bolivia siguiendo el modelo del cubano.

“Cuba no realizará concesiones inherentes a su soberanía e independencia, no negociará sus principios ni aceptará condicionamientos”, dijo Díaz-Canel, respondiendo en apariencia a las recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las Naciones Unidas, donde aseguró que no se levantarán las sanciones hasta que la isla caribeña restaure la democracia y el capitalismo.

“Los cambios necesarios en Cuba los decidimos nosotros, el pueblo cubano”, declaró.

Raúl Castro, de 86 años, anunció que dejará el cargo en febrero. Los expertos creen que Díaz-Canel, de 57, se convertirá en el primer jefe de estado desde principios de los años 60 que no tiene Castro como apellido. En Cuba no hay elecciones directas para los cargos nacionales.

Trump dijo en junio que volverá a endurecer las sanciones sobre Cuba y buscará un acuerdo mejor en lugar de la distensión gradual lograda por su predecesor, Barack Obama.

Asimismo, el gobierno de Trump redujo de forma drástica el tamaño de su personal en su embajada en Cuba y ordenó una reducción recíproca del número de diplomáticos cubanos en Washington por una serie de supuestos “ataques a la salud” contra la delegación estadounidense en La Habana.

Estados Unidos no ha culpado a Cuba por los incidentes, aún sin solución, pero le responsabiliza por no proteger a su personal. Washington puso en vigor también una advertencia de viaje afirmando que los ciudadanos estadounidenses podrían convertirse en objetivo.

“Algunos voceros y medios de comunicación se prestan a divulgar insólitas patrañas sin evidencia alguna, con el perverso propósito de desacreditar la impecable actuación de Cuba, que es universalmente considerada como un destino seguro para visitantes extranjeros, incluidos los de Estados Unidos”, afirmó Díaz-Canel.

Reuters

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