Desde el otro extremo del mundo, el presidente Barack Obama y su equipo de seguridad nacional vieron paso a paso, en tiempo real, el asalto al complejo residencial donde se ocultaba Osama Bin Laden y presenciaron el momento de su muerte.
Reunidos en la Sala de Situaciones de la Casa Blanca, los miembros del equipo y el presidente apenas intercambiaron palabras mientras observaban el curso de una operación extremadamente arriesgada, pero que culminó exitosamente.
El jefe de la división antiterrorista de la Casa Blanca, John Brennan, dijo que no revelaría detalles sobre las imágenes que se vieron pero que fueron suficientes para saber al detalle lo que estaba sucediendo.
Es usual que las fuerzas especiales que llevaron a cabo la misión, los llamados “Navy Seals” de la marina de guerra, lleven en sus cascos cámaras capaces de transmitir imagen y audio.
Cuando los comandos descendieron de helicópteros en el complejo de la ciudad paquistaní de Abbottabad, el presidente y sus asesores no pudieron hacer otra cosas que esperar.
“Probablemente fue uno de los periodos de mayor ansiedad para todos los que se reunieron aquí ayer”, dijo Brennan. “Los minutos parecían días, y el presidente estaba muy preocupado por la seguridad de nuestro personal “, agregó.
El presidente tenía muchas evidencias que sugerían que Bin Laden estaba en el complejo, y realmente resultó ser así, pero no se tenía la certeza absoluta.
Cualquier cosa podía suceder, y en verdad fue así, puesto que uno de los helicópteros que transportaba a los comandos falló antes de consumarse la operación y tuvo que ser abandonado.
