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EE.UU.: Aumenta número de familias y menores que intentan cruzar la frontera


Migrantes hondureños que forman parte de una caravana hacia Estados Unidos descansan en la plaza principal de Tapachula, México.
Migrantes hondureños que forman parte de una caravana hacia Estados Unidos descansan en la plaza principal de Tapachula, México.

El número de familias y menores no acompañados que intentaron cruzar ilegalmente la frontera de Estados Unidos ha incrementado considerablemente los últimos meses, de acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección fronteriza.

Solo en el mes de septiembre, 16.658 ‘unidades familiares’ fueron arrestadas al tratar de pasar al país por fuera de los puertos de entrada. En octubre de 2017 esa cifra fue de 4,836. La mayoría de estas familias proviene de los países del llamado Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala, Honduras), según informó el martes un funcionario de alto rango del gobierno de Trump en una teleconferencia.

De acuerdo con el funcionario, quien pidió no ser identificado, en los últimos meses se ha visto un cambio en el tipo de personas que tratan de entrar de manera irregular al país. Mientras que en la década del 2000, el 98% eran “de origen mexicano y podían ser devueltas [a su país] en cuestión de horas”, ahora el 60% son centroamericanas y una ¨gran mayoría [de los migrantes detenidos de origen centroamericano] no pueden ser” deportados.

El funcionario de la Casa Blanca argumentó que esto se debe a dos grandes ‘lagunas’ legales: la ley de protección de reautorización de víctimas de tráfico, aprobada en 2008, y el proceso por el que se solicita asilo en Estados Unidos. A este último, lo calificó de la “laguna de [leyes] migratorias más grande del mundo”.

En qué consiste el asilo y cuál es el proceso

De acuerdo con el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS por sus siglas en inglés), una persona puede solicitar asilo en el país si ha sido o teme ser perseguido por su raza, religión, nacionalidad, pertenecer a un grupo social particular o por su opinión política.

Existen dos maneras de obtener asilo en EE.UU., por medio de un proceso afirmativo o un proceso defensivo.

Para el primero, la persona tiene que estar presente físicamente en EE.UU., sin importar cómo llegó al país o cuál sea su estatus de inmigración actual. Se puede solicitar este asilo dentro del año siguiente a la fecha en la que se llegó a EE.UU., a menos que exista una situación excepcional. Este proceso se lleva a cabo con USCIS.

El proceso de asilo defensivo ocurre cuando una persona solicita asilo como una defensa para no ser deportado de EE.UU. Para ello, la persona tiene que estar ya en un proceso de traslado en una corte de inmigración.

Las personas llegan a este tipo de petición de asilo por varios caminos. El primero, es si son remitidos a USCIS por una corte de inmigración después de que su proceso de petición de asilo afirmativo fue rechazado.

El segundo, es si fueron detenidos por las autoridades migratorias dentro de EE.UU. o de un puerto de entrada sin los documentos legales necesarios o en violación de su estatus migratorio.

El último es si fueron detenidos por Protección de Frontera y Aduanas tratando de ingresar a Estados Unidos sin la documentación apropiada y fueron referidos a un proceso de deportación y en él, un oficial de asilo determinó que tenían un temor creíble de persecución o tortura en su lugar de origen.

Un migrante que ha sido detenido cruzando por fuera de los puertos de entrada puede solicitar un tipo de asilo que se llama “defensivo”. Los solicitantes de asilo deben probar que han sido o temen ser perseguidos en su país por su raza, religión, nacionalidad, por pertenecer a un grupo social particular o por su opinión política.

Sin embargo, según el funcionario de la administración, los casos de asilo que acaban siendo verdaderos son como “agujas en un pajar”, ya que existen “ONGs y organizaciones radicales de izquierda” que entrenan a los migrantes para que sepan exactamente qué decir con el fin de que su solicitud de asilo sea revisada.

“La administración quiere tener la habilidad de devolver a familias centroamericanas enteras y menores sin compañía sin tener que detenerlos. Eso solucionaría la crisis migratoria, si pudiéramos devolverlos no habría crisis”, dijo el funcionario el martes.

La ley de protección de reautorización de víctimas de 2008 establece que los menores que sean detenidos cruzando la frontera sin un adulto o guardián legal tienen que ser entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos en un plazo de 72 horas.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) dijo esta semana que Washington está en “terreno legal inestable” al querer prohibir que solicitantes de asilo entren a EE.UU., ya que existen leyes internacionales que dictan cómo debe comportarse un país hacia ellos.

“Deseamos reiterar y subrayar que cualquier individuo dentro de un grupo que esté huyendo de la persecución y la violencia debe tener la posibilidad de acceso a un territorio y le deben permitir ejercitar sus derechos humanos fundamentales a pedir asilo y acceder a los procedimientos de determinación de un estatus de refugiado”, dijo el portavoz de ACNUR, Charlie Yaxlie a La Voz de América.

Por otro lado, el número total de migrantes que intentaron cruzar la frontera ilegalmente aumentó en un 21 por ciento respecto al año pasado, de acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección fronteriza de Estados Unidos.

Entre octubre del 2017 y septiembre del 2018, lo que se conoce como el año fiscal 2018, 369.579 personas fueron detenidas al tratar de pasar hacia EE.UU. fuera de los puertos de entrada. Durante el año fiscal 2017, ese número fue de 302.916 personas.

Sin embargo, la cantidad de personas que han intentado cruzar la frontera de manera irregular se encuentra en bajos históricos. Las cifras más altas se dieron durante la administración de Bill Clinton, en los años 2000, cuando fueron detenidos más de un millón y medio de migrantes irregulares en la frontera sur.​

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