Gran parte del mundo ha recibido positivamente la decisión del presidente Barack Obama de cerrar la prisión de Bahía de Guantánamo, en Cuba.
Sin embargo, la respuesta global también es una muestra de los desafíos involucrados en la clausura del impopular centro de detención.
En Europa, muchos países que han estado instando al cierre de la prisión durante años debaten si recibir a ex detenidos después que sean liberados, decisiones con graves implicaciones políticas y de seguridad.
En Afganistán, donde muchos de los detenidos fueron capturados, el presidente Hamid Karzai dijo que cerrar Guantánamo facilitará obtener el apoyo internacional para la guerra contra el terrorismo.
Los grupos defensores de derechos humanos dicen que ordenar la clausura de la prisión es un paso en la dirección correcta, pero también han exhortado a la nueva Administración a darle seguimiento.