El lunes, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush telefoneó al mandatario mexicano, Felipe Calderón, para ofrecerle ayuda en relación a las necesidades inmediatas de las víctimas de las inundaciones, así como asistencia para reconstruir sus vidas y comunidades.
Las autoridades mexicanas dijeron que por lo menos un millón de personas en el sureño estado de Tabasco huyeron de sus casas tras devastadoras inundaciones que han dejado aproximadamente el 80% de la zona bajo de agua. Se pronostican más lluvias.
Las aguas desbordadas han dejado más de ocho personas muertas y la situación es considerada como uno de los peores desastres naturales de México.
El nivel del agua ha comenzado a bajar en la capital estatal, Villahermosa, pero funcionarios dijeron que el área continúa sumergida.
Helicópteros militares mexicanos han estado transportando alimentos y agua potable a los centros de socorro tabasqueños y tratando de localizar y rescatar a una 20 mil personas que siguen aisladas en los techos de sus casas.
No obstante, socorristas dijeron que mucha gente de niega a abandonar sus hogares, porque temen que sus propiedades sean saqueadas.
Autoridades de salud dijeron que están preocupadas por el riesgo de enfermedades propagadas por zancudos y aguas contaminadas, y señalaron que los niños podrían ser especialmente afectados.