Mike McConell, director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, desconoce a cuántos estadounidenses se les han interceptado conversaciones en busca de presuntos terroristas extranjeros.
En un testimonio ante legisladores, el martes, el máximo funcionario de inteligencia de Estados Unidos calificó la cifra como “pequeña”, comparada con los miles de millones de contactos que ocurren todos los días.
El Congreso realiza audiencias para hacer permanente una ley que permite a las agencias de inteligencia interceptar conversaciones telefónicas, electrónicas y otro tipo de correspondencia, en las que participan personas en el extranjero.
En su forma actual, la ley expira en febrero.
El presidente de la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes, John Conyers, dijo que la ley otorga demasiado poder al gobierno.
Los demócratas sostienen que eso podría derivar en violaciones a la privacidad, porque involucra documentos de negocios, archivos de bibliotecas o mensajes electrónicos personales.