Unas 200 mil personas marcharon en varias ciudades de Estados Unidos, el martes, para exigir más derechos para los inmigrantes ilegales.
La mayor manifestación fue en Chicago, donde unas 150 mil personas marcharon con banderas estadounidenses y llamaron a la unidad entre los inmigrantes y sus partidarios.
Muchos manifestantes dijeron que están enfadados por una reciente incursión del FBI en un barrio mexicano, en la ciudad de Chicago.
Las protestas en todo el país fueron, en su mayoría, pacíficas, excepto una manifestación nocturna en Los Angeles, donde algunos manifestantes arrojaron piedras y botellas a la policía, la que respondió con balas de goma, para dispersar a la multitud.
La asistencia, a nivel nacional, fue mucho menor que el millón de personas que se estima asistió a los actos del 1º de mayo del año pasado.
Los organizadores dicen que muchos trabajadores ilegales temían protestar debido a una reciente represión por parte de las autoridades estadounidenses.
Activistas también atribuyen la disminución a divisiones internas, entre los organizadores, sobre la mejor forma de presionar por reformas migratorias.