Gran Bretaña e Irlanda presentaron un plan para restaurar el gobierno de poder compartido en Irlanda del Norte, después que no lograron poner fin al estancamiento entre los líderes protestantes y católicos de la provincia.
El primer ministro británico, Tony Blair, y su homólogo irlandés, Bertie Ahern, revelaron, hoy, viernes, su propio plan que las partes deberán aceptar o rechazar. Blair calificó el plan como una base para avanzar.
Los dos líderes dieron a las partes un mes de plazo para responder.
Si se logra acuerdo, el gobierno de poder compartido podría comenzar en marzo.
Los unionistas democráticos, que apoyan continuar los vínculos con Gran Bretaña, y el Sinn Fein, el ala política del Ejército Republicano Irlandés, no llegaron a un acuerdo tras tres días de conversaciones en Escocia.
Las conversaciones se centraron en el compartimiento del poder y sobre desacuerdos respecto a la fuerza policial dominada por los protestantes.