Las autoridades de Estados Unidos fijaron el jueves como plazo para que hondureños y nicaragüenses, que viven en Estados Unidos como refugiados de huracanes, puedan solicitar permiso de trabajo en este país por un año.
El Servicio de Inmigración creó el programa para ayudar a personas de naciones afectadas por desastres naturales o conflictos armados.
Honduras y Nicaragua recibieron el estatus en 1999, después de que el huracán Mitch devastara partes de Centroamérica.
Sin embargo, funcionarios estadounidenses dicen que el desastre ya pasó y se preparan para poner fin al programa el próximo año.
Después de ese plazo, los hondureños y nicaragüenses que quieran permanecer en este país, tendrán que seguir los procedimientos de legalización normales.
El actual TPS está abierto a 75 mil hondureños y más de 4 mil nicaragüenses, pero menos de la mitad de esas personas calificadas ha solicitado la extensión.
Expertos en inmigración dicen que quienes no se registren corren el riesgo de ser detenidos y deportados.
Un programa similar concluyó en septiembre, para más de 200 mil salvadoreños que vinieron a Estados Unidos después que un terremoto devastó su país en 2001.