El gobierno de Estados Unidos acordó pagar 300 mil dólares para resolver una demanda presentada por un egipcio, detenido por varios meses, después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Ehab Elmaghraby y el paquistaní, Javaid Iqbal, presentaron una demanda contra el gobierno estadounidense, en 2004, en la que afirman que fueron objeto de abusos cuando estuvieron en un centro de detención federal en la ciudad de Nueva York.
Los demandantes aseguran que fueron encadenados, insultados, y atacados físicamente por oficiales del centro.
El caso de Iqbal contra el gobierno estadounidense continúa.
Elmaghraby nunca fue acusado de ningún delito relacionado con el terrorismo, pero eventualmente se declaró culpable de fraude con tarjetas de crédito y fue deportado en 2003.
El gobierno trató de que la demanda fuera descartada, argumentando que la amenaza de terrorismo justificaba medidas extraordinarias para impedir más ataques, pero un juez rechazó ese argumento.