En Iraq, clérigos chiítas están llamando a masivas protestas a raíz del atentado explosivo contra uno de los más sagrados templos chiítas.
Miles de furiosas personas se lanzaron a las calles, en Samara, donde varias explosiones destrozaron el templo de Askariya, incluída su cúpula dorada, este miércoles.
Líderes locales árabes sunitas condenaron el ataque, y lo llamaron “un acto criminal”.
La policía dice que un grupo de insurgentes atacó el templo y detonó cargas explosivas, después de desarmar a los guardias que se encontraban en el edificio.
El templo, ubicado unos 90 kilómetros al norte de Bagdad, ampara las tumbas de dos líderes musulmanes chiítas del siglo IX.
También es uno de los sitios de peregrinaje más importantes de Iraq. Insurgentes han atacado blancos chiítas por tres días consecutivos.
Por lo menos 32 personas han resultado muertas en ataques separados, en barrios chiítas, en Bagdad, este lunes y martes.