El presidente electo de Bolivia, Evo Morales, aseguró que investigará acusaciones según las cuales militares trabajaron con Estados Unidos para destruir misiles que se disparan desde el hombro, propiedad del Ejército boliviano.
Morales describió la acción, el miércoles, como una traición, e indicó que desarmar a un país y sus fuerzas armadas es un delito.
Previamente, Morales presentó una queja formal contra el saliente presidente Eduardo Rodríguez, por la orden.
El presidente Rodríguez dijo que él autorizó la destrucción de los misiles, pero no su transferencia a Estados Unidos.
El presidente destituyó, el martes, al jefe del Ejército general Marcelo Antezana por el asunto y el ministro de Defensa, Gonzalo Méndez, renunció.
Washington ha negado previamente acusaciones de una operación secreta encabezada por Estados Unidos para remover los misiles de Bolivia.
Estados Unidos dijo, el miércoles, que cumplió de buena fe con un pedido del gobierno boliviano de asistencia para deshacerse de armas obsoletas.