El juicio de Saddam Hussein, por presuntos crímenes contra la humanidad, se reanudó, este miércoles, en Bagdad, dos semanas después de que el exdictador iraquí boicoteara los procedimientos y le gritara a los jueces.
Un Saddam más callado y más calmo se sentó en el atrio de los acusados, y tomó notas, mientras un testigo describía las torturas y la masacre de más de 140 chiitas, en Dujail, en 1982.
El testigo dijo que los guardias derramaron plástico derretido sobre los detenidos y les dieron descargas eléctricas.
Saddam y sus 7 co-acusados enfrentan cargos de ordenar o llevar a cabo actos de tortura y masacre, después que el extirano iraquí sobreviviera un intento de asesinato en esa población.
Este miércoles, Saddam interrumpió el testimonio, una vez, para solicitar un receso para las oraciones del medio día.
Cuando el juez se negó, Saddam pareció estar orando en su asiento.