En Iraq, uno de los más mortales ataques terroristas desde la caída de Saddam Hussein, hace dos años, ocasionó la muerte de más de 100 personas y causó heridas a un número aún mayor.
Un atacante suicida condujo un vehículo lleno de explosivos hacia una multitud de personas que esperaban frente a un centro médico y se inmoló, este lunes, en el pueblo de Hilla, al sur de Bagdad.
La explosión causó muerte y destrucción en una extensa área, incluyendo un mercado callejero al otro lado de la ruta, donde la gente compraba frutas y verduras.
Funcionarios del hospital en Hilla dicen que han contado 105 muertos, y que creen que la cifra aumentará.
La explosión también hirió a por lo menos 130 personas en lugar, cuya población es principalmente chiíta.
Las autoridades dijeron que la mayoría de las víctimas eran reclutas policiales que esperaban frente a la clínica, para someterse a controles médicos, cuando estalló la bomba.