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Aprendiendo a retar los problemas


La escuela Arlington Park Learning Center tiene grandes expectativas en sus estudiantes, incluyendo los que no tienen hogar.
La escuela Arlington Park Learning Center tiene grandes expectativas en sus estudiantes, incluyendo los que no tienen hogar.

Ante la cantidad de estudiantes sin hogar en Texas, las escuelas del distrito de Dallas están tomando cartas en el asunto.

La escuela Arlington Park Learning Center tiene grandes expectativas en sus estudiantes, incluyendo aquellos que no tienen hogar.

Anualmente, al menos un millón de niños en Estados Unidos no tienen hogar, incrementando los riesgos de tener problemas de salud, seguridad y educación.

Sin una dirección y con una familia que atraviesa problemas financieros, los estudiantes sin hogar experimentan dificultades en registrarse en colegios, comprar los utensilios necesarios o tener un lugar tranquilo para hacer las tareas. Pero una escuela en Dallas, Texas, donde la mitad de sus estudiantes no tienen casa, está ayudando a sus pupilos a superar los problemas.

El verano pasado, Angela Arnold, quien es madre soltera, se mudó desde Carolina del Norte a Dallas con su hijo de nueve años Jordan. Con una gran experiencia como agente de préstamos que había sido despedida por cortes presupuestales, ella esperaba conseguir trabajo rápidamente en Texas, ya que la economía está mejor allí. Así que a la semana de llegar ya había rentado un cuarto, pero de eso hace más de seis meses.

Cuando Arnold fue a matricular a su hijo a la escuela Arlington Park Learning Center, el asesor le informó que al no tener una dirección estable ellos entraban a la categoría de “sin hogar”.

“Tenemos muchos niños que vienen de los hoteles o moteles de la autopista 35”, dice Mark Pierce, encargada del programa de niños sin hogar del distrito, incluyendo la escuela Arlington Park Learning Center.

En las escuelas de Dallas hay al menos 5.000 estudiantes sin hogar. Las escuelas públicas ofrecen a los niños desayuno, almuerzo y refrigerios para el fin de semana. A su vez, proveen transporte entre los hoteles o lugares de paso, tanto para los pequeños como para sus padres.

“No sé qué sería de nosotros sin el este programa, la ropa, los uniformes y los libros que nos dan, porque todas nuestras cosas las tenemos en una bodega”, dice Arnold.

Nikia Smith, directora de la escuela de Arlingon, dice que no es culpa de los niños que sus padres estén desempleados, con problemas de adicción o encarcelados. En Arlington Park, dice, los estudiantes aprenderán a desafiar las circunstancias para poder brillar.

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