Luego de dos horas diarias de estudio de inglés, junto con su esposa, Yuan Weijing, Chen se dedica a estudiar la Constitución de Estados Unidos y la Declaración de Independencia, el documento de 236 años de antigüedad que anunció la separación de las colonias americanas de la Gran Bretaña.
Chen, quien es invidente y ya tiene 40 años de edad, aprendió leyes por su propia cuenta y dijo que planea reanudar su lucha por los derechos humanos enfocándose en los discapacitados, además de afirmar que espera eventualmente regresar a China, su país, el cual cree que algún día abrazará los derechos individuales y el gobierno de la ley.
La llegada de Chen y su familia a Estados Unidos, el 19 de mayo, puso fin a un tenso enfrentamiento diplomático entre Beijing y Washington, que comenzó cuando él se escapó de un cruel arresto domiciliario en abril, para refugiarse en la embajada de Estados Unidos en la capital china.
Chen, que había estado bajo arresto domiciliario desde 2010, fue condenado a cuatro años de cárcel por denunciar abusos cometidos por las autoridades chinas bajo la política de abortos forzados dirigida a controlar el crecimiento poblacional.
El activista dejó la Embajada aceptando un trato entre Estados Unidos y Beijing, que le permitía permanecer en un “lugar seguro” en China. Sin embargo, Chen cambió de opinión luego de abandonar la protección de la embajada estadounidense, diciendo que no se sentía seguro en su país y que quería venir a Estados Unidos.