El alza de precios de la electricidad y de los alimentos impulsó el aumento de los precios del consumidor estadounidense en un modesto 0,3% en febrero.
El Departamento del Trabajo informó hoy en su reporte mensual, que es la medida más observada para medir la inflación, que los precios al consumidor mostraron una pequeña reducción con respecto a enero, cuando subieron en 0,5%.
Según los expertos, los precios de la energía y los alimentos varían ampliamente de mes a mes, y eliminarlos del índice da una idea más clara de la inflación.
Bajo ese principio, los precios aumentaron apenas 0,2% en febrero.
La inflación, en lo que va del año registra apenas 1,2%.
Este bajo nivel es una de las principales razones por las que el Banco Central estadounidense decidió ayer mantener las tasas de interés a corto plazo en 1 por ciento, la más baja en cuatro décadas.