Enviados del gobierno estadounidense se reunieron con autoridades en Seúl, para discutir las preocupaciones surcoreanas sobre el descubrimiento del primer caso de la enfermedad de las vacas locas en Estados Unidos.
La delegación estadounidense, encabezada por un asesor de la secretaria de Agricultura, Ann Veneman, esperaba persuadir a los surcoreanos de que levanten la prohibición que pesa sobre la importación de carne vacuna norteamericana.
Pero fuentes bien informadas señalaron a la agencia de noticias surcoreana, Yonhap, que es probable que Seúl rechace el pedido norteamericano y llame a un análisis más riguroso de la carne en Estados Unidos.
Corea del Sur es el segundo comprador de carne estadounidense, después de Japón.