En Liberia, este lunes helicópteros militares franceses comenzaron a evacuar a los extranjeros de Monrovia, la capital, mientras crecen los temores de un nuevo baño de sangre en el país africano.
Cerca de 100 trabajadores de Naciones Unidas, la Cruz Roja y otras agencias fueron evacuados de las embajadas de Estados Unidos y otros tantos de la sede diplomática de la Unión Europea.
Los rebeldes, que se encuentran ya en la periferia de la capital, dieron el domingo un plazo de 72 horas al presidente Charles Taylor para que renuncie.
En su mensaje dominical, el arzobispo de Liberia, Michael Francia, pidió al Todopoderoso una paz genuina, mientras miles de civiles intentaban escapar de Monrovia.
Se calcula que desde el pasado jueves, al menos 160.000 civiles han huido hacia las afueras de la ciudad ante los inminentes combates.
Este fin de semana debió suspenderse un partido clasificatorio de la Copa de Naciones Africanas, cuando en pocas horas unas 10.000 personas buscaron refugio entre los túneles y debajo de las gradas del estadio principal, marcando con piedras el espacio correspondiente a cada familia.