El presidente Bush agradeció a la presidenta de Filipinas Gloria Arroyo, por su enfático apoyo en la lucha contra el terrorismo,liderada por Estados Unidos y prometió ayudar a combatir a los rebeldes musulmanes.
Bush anunció que Estados Unidos designó a las Filipinas como a uno de sus mayore aliados, una acción que hace de Manila una nación idónea para recibir más ayuda militar y cooperación estadounidense.
Ambos líderes tambien acordaron emplazar tropas estadounidenses para respaldar al ejército filipino en su lucha contra los rebeldes de Abu Sayyaf, en el sureste de esa nación.