En Colombia, ocho agentes de policía murieron y cinco resultaron heridos cuando su convoy fue emboscado por presuntos guerrileros.
Según las autoridades, los vehículos policiales se dirigían a Bogotá procedentes de la cercana ciudad de Quipile cuando pasaron sobre una serie de explosivos colocados en la carretera, desatando una explosión.
Posteriormente los atacantes habrían disparado contra los agentes policiales del convoy.
La policía culpó de la emboscada a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC.