Un hombre que según las autoridades canadienses era el último piloto sobreviviente de aviones caza de la Primera Guerra Mundial murió a los 106 años.
Henry Botterell murió la semana pasada en un asilo de ancianos en Toronto. Botterell era un oficinista bancario cuando se sumó al Servicio Aéreo Canadiense Real en 1916.
Botterell estrelló su avión en Dunkirk, Francia, durante un vuelo de entrenamiento, pero posteriormente obtuvo suficiente habilidad y derribó un dirigible espía alemán.
La agencia de noticias Associated Press cita declaraciones de Botterell, quien dijo que nunca fue uno de los mejores pilotos, pero que cumplió su deber en el aire.
Botterell regresó a Canadá al finalizar la Primera Guerra Mundial y no volvió a pilotear un avión.