La Asamblea General de Naciones Unidas condenó nuevamente este martes de forma abrumadora el embargo económico impuesto hace medio siglo por Estados Unidos a Cuba.
Por vigésima primera vez consecutiva, la asamblea rechazó 188 votos contra 3 (EE.UU., Islas Palaos e Israel) la medida decretada contra el gobierno de Fidel Castro en 1960 y reforzada en 1962, como consecuencia de la expropiación en la isla de todas las propiedades estadounidenses.
La votación a favor de La Habana, que ha pasado ser ya un gesto simbólico, fue casi idéntica a la del año pasado, cuando el resultado fue 186 contra 2 y 3 abstenciones.
De forma complementaria, los países de Latinoamérica y el Caribe difundieron un llamamiento para pedir el final del embargo por considerar que es contrario a los principios de la Carta de Naciones Unidas y a las reglas del derecho internacional.
En su discurso este año ante la ONU, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, volvió a calificar el embargo estadounidense de “inhumano” y “anacrónico”, y dijo que “es un acto de agresión y una amenaza permanente contra la estabilidad” de la isla.
Eso a pesar de que EE.UU. es hoy en día socio comercial de Cuba al venderle alimentos y productos agrícolas. En adición, el presidente Barack Obama suavizó las restricciones que pesaban sobre los viajes y el envío de remesas en dólares a la isla.
Washington alega no estar preparado para suspender por entero las sanciones contra el gobierno cubano hasta que se lleven a cabo reformas políticas que garanticen el tránsito en la isla hacia un régimen democrático en el que se respeten los derechos humanos.
Por vigésima primera vez consecutiva, la asamblea rechazó 188 votos contra 3 (EE.UU., Islas Palaos e Israel) la medida decretada contra el gobierno de Fidel Castro en 1960 y reforzada en 1962, como consecuencia de la expropiación en la isla de todas las propiedades estadounidenses.
La votación a favor de La Habana, que ha pasado ser ya un gesto simbólico, fue casi idéntica a la del año pasado, cuando el resultado fue 186 contra 2 y 3 abstenciones.
De forma complementaria, los países de Latinoamérica y el Caribe difundieron un llamamiento para pedir el final del embargo por considerar que es contrario a los principios de la Carta de Naciones Unidas y a las reglas del derecho internacional.
En su discurso este año ante la ONU, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, volvió a calificar el embargo estadounidense de “inhumano” y “anacrónico”, y dijo que “es un acto de agresión y una amenaza permanente contra la estabilidad” de la isla.
Eso a pesar de que EE.UU. es hoy en día socio comercial de Cuba al venderle alimentos y productos agrícolas. En adición, el presidente Barack Obama suavizó las restricciones que pesaban sobre los viajes y el envío de remesas en dólares a la isla.
Washington alega no estar preparado para suspender por entero las sanciones contra el gobierno cubano hasta que se lleven a cabo reformas políticas que garanticen el tránsito en la isla hacia un régimen democrático en el que se respeten los derechos humanos.