Han pasado 30 años del 28 de enero que quedó grabado en la historia luctuosa de Estados Unidos.
Me refiero a la tragedia del transbordador espacial Challenger de la NASA, que cobró la vida de la profesora Christa McAuliffe y seis astronautas.
Todo el mundo quedó consternado al ver las imágenes en vivo de la explosión del Challenger, 73 segundos después de despegar del Centro Espacial Kennedy, en Florida, en la fresca mañana del 28 de enero de 1986.
Tres décadas después de la tragedia, un nuevo documental de National Geographic llamado “Challenger Disaster: Lost Tapes”, rexamina el desastre usando grabaciones de audio y raras imágenes de video, e incluyendo entrevistas con McAuliffe y videos de la profesora de Estudios Sociales de New Hampshire, practicando algunas de las lecciones que planeaba enviar a sus estudiantes en Tierra desde el espacio.
McAuliffe integraba la misión del Challenger, conocida como STS-51-L. Los otros astronautas que perdieron la vida ese día, fueron el comandante Dick Scobee, el piloto Mike Smith, los especialistas de misión Judy Resnik, Ellison Onizuka y Ron McNair; y el especialista Greg Jarvis.
La reacción del presidente Ronald Reagan a la tragedia reflejó el sentir de la nación.
“La tripulación del transbordador especial Challenger nos honró por la forma en que vivieron sus vidas. Nunca los olvidaremos, ni la última vez que los vimos, esta mañana, cuando se preparaban para su viaje y se despedían; y se deslizaban por los hoscos límites de la Tierra para tocar el rostro de Dios”, dijo un acongojado Reagan.
Treinta años después de que los alumnos de la escuela secundaria Concord presenciaran en vivo por televisión cómo la profesora de Estudios Sociales Christa McAuliffe y seis astronautas más morían al explotar el transbordador Challenger, varios de ellos se han dedicado a la enseñanza, informa la agencia de noticias The Associated Press.
Algunos se preguntan si acaso, indirectamente, la tragedia los impulsó a sentar un ejemplo, al igual que lo hizo Christa McAuliffe.