Las autoridades mexicanas confirmaron que 52 personas murieron y 12 resultaron heridas durante un motín el jueves en una cárcel del noreste de México, días antes de la visita del papa Francisco a otra prisión cerca del extremo norte del país.
El Senado mexicano exigió al gobernador del estado de Nuevo León, Jaime Rodríguez, que asuma su responsabilidad y explique lo sucedido en el penal.
Según el presidente del Senado, Roberto Gil Zuarth (PAN) el violento enfrentamiento es "una afrenta al estado de derecho y a las instituciones de seguridad y justicia".
Ante lo ocurrido en Topo Chico, el Senado mexicano aprobó un acuerdo que exige una completa investigación de los hechos, la reparación a las víctimas y el reconocimiento de responsabilidades, entre otros.
Por su parte, el gobernador Rodríguez, dijo que el enfrentamiento involucró a una facción encabezada por un miembro del cártel de drogas de los Zetas.
Medios de prensa mexicanos indicaron que hubo un intento de fuga. La cadena Milenio TV dijo que algunos prisioneros podrían haber escapado, pero no ha sido confirmado por las autoridades.
