El médico a cargo de su tratamiento dijo que el ex mandatario ya no necesitará medicamentos especiales aunque “continuara con terapia física”.
Bush padre, de 88 años, había estado internado desde noviembre, debido a una bronquitis, y a la toz y fiebre persistentes.
Sufre además de la enfermedad de Parkinson en las extremidades inferiores, lo que le provoca pérdida de balance, por lo cual tiene que usar silla de ruedas.