El departamento de Justicia de Estados Unidos anunció este martes que ha presentado una demanda civil contra la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's (S&P) , a la que acusa de haber jugado un papel importante en el derrumbe de Wall Street en 2007.
El gobierno se ha enfocado en las calificaciones otorgadas a hipotecas residenciales que la empresa presentaba como seguras para los inversionistas y que perdieron todo su valor cuando explotó la burbuja hipotecaria.
S&P intentó llegar a un acuerdo con el departamento de Justicia, pero las pláticas no fructificaron, por lo que la demanda fue presentada ayer contra S&P y con su empresa madre, McGraw-Hill.
La agencia dijo en un comunicado que el caso no tiene “mérito legal” y que ésta “desestima los hechos importantes de que S&P analizó la información hipotecaria como lo hizo el resto del mercado”.
Un subcomité permanente del Senado concluyó que las grandes compañías de calificaciones incurrieron en conflicto de intereses cuando recibieron dinero de las mismas compañías cuyos productos fueron calificados. Esto creó incentivos para inflar esas calificaciones. El departamento de Justicia hace ese mismo alegato en su demanda.
El negocio de las calificaciones en Estados Unidos está dominado por tres grandes compañías: S&P, Moody’s y Fitch.
El gobierno se ha enfocado en las calificaciones otorgadas a hipotecas residenciales que la empresa presentaba como seguras para los inversionistas y que perdieron todo su valor cuando explotó la burbuja hipotecaria.
S&P intentó llegar a un acuerdo con el departamento de Justicia, pero las pláticas no fructificaron, por lo que la demanda fue presentada ayer contra S&P y con su empresa madre, McGraw-Hill.
La agencia dijo en un comunicado que el caso no tiene “mérito legal” y que ésta “desestima los hechos importantes de que S&P analizó la información hipotecaria como lo hizo el resto del mercado”.
Un subcomité permanente del Senado concluyó que las grandes compañías de calificaciones incurrieron en conflicto de intereses cuando recibieron dinero de las mismas compañías cuyos productos fueron calificados. Esto creó incentivos para inflar esas calificaciones. El departamento de Justicia hace ese mismo alegato en su demanda.
El negocio de las calificaciones en Estados Unidos está dominado por tres grandes compañías: S&P, Moody’s y Fitch.