El ex infante de marina estadounidense Jon Hammar, encarcelado en una zona fronteriza del norte de México, fue puesto en libertad luego de estar cuatro meses en prisión por la posesión de una escopeta de su bisabuelo considerada un arma de fuego restringida en ese país.
La señora Olivia Hammar, madre de Jon, confirmó que su hijo de 27 años ya estaba de regreso en Estados Unidos.
La mujer dijo que las autoridades mexicanas habían decidido retirar todos los cargos contra su hijo tras considerar que Hammar nunca tuvo la intención de cometer un crimen en México.
Según un comunicado de prensa de la oficina del senador Bill Nelson, del estado de Florida, donde reside Hammar, el legislador recibió la notificación de la embajada de México en Washington.
"Nos sentimos agradecidos, este es un buen regalo de Navidad", dijo Nelson.
Hammar ingresó a Matamoros en México desde Brownsville en Texas a mediados de agosto. El ex militar viajaba a Costa Rica para hacer surf y registró su escopeta ante funcionarios del servicio estadounidense de Aduanas y Protección Fronteriza.
Según la embajada estadounidense en Ciudad de México, Hammar fue acusado de posesión de un arma de fuego. El abogado de la familia dijo que Hammar enfrentaba una pena de hasta 12 años si era declarado culpable.
Hammar sufre de estrés postraumático tras haber servido en Irak. Sus padres dijeron, que como parte del maltrato sufrido en la cárcel fue encadenado a una cama y amenazado de muerte y extorsionado por narcotraficantes del Centro de Ejecuciones y Sanciones (Cedes) de Matamoros.
La señora Olivia Hammar, madre de Jon, confirmó que su hijo de 27 años ya estaba de regreso en Estados Unidos.
La mujer dijo que las autoridades mexicanas habían decidido retirar todos los cargos contra su hijo tras considerar que Hammar nunca tuvo la intención de cometer un crimen en México.
Según un comunicado de prensa de la oficina del senador Bill Nelson, del estado de Florida, donde reside Hammar, el legislador recibió la notificación de la embajada de México en Washington.
"Nos sentimos agradecidos, este es un buen regalo de Navidad", dijo Nelson.
Hammar ingresó a Matamoros en México desde Brownsville en Texas a mediados de agosto. El ex militar viajaba a Costa Rica para hacer surf y registró su escopeta ante funcionarios del servicio estadounidense de Aduanas y Protección Fronteriza.
Según la embajada estadounidense en Ciudad de México, Hammar fue acusado de posesión de un arma de fuego. El abogado de la familia dijo que Hammar enfrentaba una pena de hasta 12 años si era declarado culpable.
Hammar sufre de estrés postraumático tras haber servido en Irak. Sus padres dijeron, que como parte del maltrato sufrido en la cárcel fue encadenado a una cama y amenazado de muerte y extorsionado por narcotraficantes del Centro de Ejecuciones y Sanciones (Cedes) de Matamoros.
