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Enfrentamiento entre la banca y el gobierno en Ecuador


Según el presidente Correa, quitar a la banca para invertir en proyectos sociales no afectará la economía de los ecuatorianos.
Según el presidente Correa, quitar a la banca para invertir en proyectos sociales no afectará la economía de los ecuatorianos.

El gobierno y la banca se enfrentan por ley que le permitirá al estado tomar el dinero de las ganancias de la bancos para financiar proyectos sociales.

En Ecuador surge de nuevo una vieja duda: ¿conviene o no dejar el dinero en los bancos o es mejor guardarlo bajo el colchón como se hacía hace no más de dos décadas?

Las dudas surgen por la intención del gobierno de aprobar una ley que le autorizará quitar las ganancias de la banca para distribuirlas entre los beneficiarios de un llamado Bono de la Dignidad, con el que se financian proyectos sociales.

El presidente Rafael Correa, quien envió el proyecto de reforma con carácter urgente a la Asamblea Nacional para que sea aprobado a la brevedad posible, defiende que esto no causará ningún problema en el sistema financiero puesto que los ciudadanos no enfrentarán las consecuencias.

“¿Que por qué queremos financiar el bono con las ganancias extraordinarias de la banca? Le estamos haciendo caer el costo de ese incremento sobre siete millones de ciudadanos. ¿En qué? Si los servicios bancarios no van a subir. Tienen techos, el IVA que se va a cobrar va a salir… Si ustedes pagaban por sacar del cajero 0,50 centavos. Van a pagar 0.50 centavos igualito, pero 12% del IVA lo paga directamente el banco”, explicó Correa.

El ex superintendente de Bancos, Alfredo Vergara, recalca que en una economía dolarizada el interés que cobran los créditos para desarrollo en Ecuador es excesivo.

“Las tasas de microcréditos 22, 23, 25 y 28 % son las tasas de crédito entre las más altas del mundo dolarizado”, asegura Vergara.

Pero los banqueros han advertido que pondría en riesgo el sistema financiero, y ya han comenzado a advertir a los ciudadanos sobre esto a través de cartas personales que llegan a los cuenta-habientes.

La pequeña industria teme que el acceso a los créditos se restrinja por el nivel de garantías que debe presentar en el futuro.
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