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Chávez descarta falta de mantenimiento en explosión


El presidente venezolano Hugo Chávez conversa con trabajadores de PDVSA mientras la refinería de Amuay arde todavía en el fondo, el domingo 26 de agosto de 2012.
El presidente venezolano Hugo Chávez conversa con trabajadores de PDVSA mientras la refinería de Amuay arde todavía en el fondo, el domingo 26 de agosto de 2012.

El número de fallecidos ha subido a 44, casi todos ellos militares que custodiaban las instalaciones. El fuego todavía no ha sido extinguido.

El incendio en la mayor refinería de Venezuela que explotó el sábado en horas de la madrugada seguía activo este lunes, mientras las autoridades trataban de dar consuelo a las familias de los más de 44 muertos, calma a los vecinos de la planta y seguridad al país de que pronto se volvería a producir petróleo.

La mayor parte de las víctimas eran militares que custodiaban el complejo petrolero de Amuay, en el Estado noroccidental de Falcón. Además de los 44 muertos contabilizados, hay unas 86 personas heridas y más militares desaparecidos.

"Se sigue batallando contra ese incendio", aseguró el presidente Hugo Chávez, quien visitó el domingo el lugar del accidente. Cuando él llegó todavía se veían llamas y humo por encima de dos tanques de almacenamiento de la refinería, aunque las autoridades aseguran que el fuego ya está "controlado" y "confinado".

Vecinos del sector informaron a medios internacionales que uno o dos días antes de la explosión habían sentido olor a gas. Pero Chávez descalificó esa apreciación como “prácticamente imposible, que aquí, en una instalación como esta, que es la refinería más grande del mundo, que está automatizada por todas partes, que tiene miles de trabajadores responsables día y noche, civiles y militares, haya una fuga de gas de tres o cuatro días y nadie le haga caso. Eso es imposible”, aseguró el mandatario.

Chávez, que se encuentra en plena campaña para buscar su reelección en los comicios del 7 de octubre, explicó que PDVSA está "haciendo una primera evaluación" sobre el origen de la fuga de gas que provocó la explosión.

"Se configuran distintas hipótesis", dijo el presidente, descartando empero la falta de mantenimiento y tachando de "irresponsables" a quienes achacan el accidente a un mal estado de las instalaciones.

La refinería se encuentra en una zona residencial y comercial donde viven trabajadores del complejo con sus allegados, así como familias pobres que se instalaron en barriadas de los alrededores. Muchos de ellos decidieron irse por miedo a que el incidente se vuelva a repetir.

"Me voy antes de que esa vaina vuelva a explotar", dijo a la Agencia AFP José Acacio, que perdió su hogar en el barrio Alí Primera por la fatal explosión.

EL ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez y también presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) aseguró que la instalación reiniciará labores en los próximos dos días y no se verán afectadas las exportaciones ni el mercado interno.

“En cuanto al suministro de combustible para nuestro mercado interno, en este momento acabamos de hablar con nuestro centro refinador, y de inventario tenemos diez días de inventario de productos, es decir, gasolina, diesel, jet fuel, todos los combustibles que necesita el mercado interno. Eso significa cuatro millones de barriles de combustible almacenado a disposición de nuestro país”, dijo Ramírez.

La explosión en Amuay es el segundo accidente más grave ocurrido en el mundo en los últimos 25 años.

El más grave, con 54 fallecidos, se produjo el 15 de septiembre de 1997 en el incendio declarado en cuatro depósitos de gas en una refinería en la costa suroriental de la India. (Con reportes de Adrian Criscaut, desde Venezuela para la Voz de América).
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