El Departamento de Justicia de EE.UU. anunció la semana pasada que no perseguiría casos contra las personas que usen la marihuana por razones médicas ni contra aquellos que proveen el producto de acuerdo con las leyes del estado donde se realice el tratamiento médico.
El Departamento de Justicia emitió la declaración en un memorándum dirigido a fiscales federales en los 14 estados donde el uso médico de la marihuana es legal.
El memo dice que aunque la venta y distribución ilegal de la marihuana es un crimen serio —la distribución de esta droga en EE.UU. sigue siendo la mayor fuente de ingresos para los carteles mexicanos —y el departamento está comprometido a controlar las sustancias ilegales en el país, también existe el compromiso de utilizar eficazmente los limitados recursos de investigación y judiciales.
El memo también incluye características que diferenciarían el uso legal del ilegal de la droga, por ejemplo, la venta a los menores de edad, o cantidades de marihuana no consistentes con leyes estatales o municipales.
También, el documento aclara que esta nueva política no “legaliza” la marihuana ni provee una defensa legal contra violaciones a otras leyes federales.
En cuanto a legalizar el uso no médico de la marihuana, una reciente encuesta de la empresa Gallup dice que el 44 por ciento de los estadounidenses favorecen el legalizar la marihuana, y el 54 por ciento oponen la legalización. Esto demuestra un gran cambio comparado a la opinión pública de hace 30 o 20 años, cuando sólo un promedio de 25 por ciento de ellos decían favorecer la legalización.
En el año 2000, el porcentaje era el 31 porciento y desde entonces ha crecido hasta llegar al número actual.