Sonia Sotomayor tiene un arduo trabajo convenciendo a sus detractores en el senado quienes la critican de tener un fuerte temperamento.
La nominada para tomar las riendas de la Corte Suprema estadounidense acepta tener una personalidad que intimida a cualquiera, aunque asegura que simplemente se apasiona con el trabajo.
“Cuando trabajo, me concentro totalmente en lo que hago y la gente se siente intimidada por la intensidad con que me manejo”, dijo la jueza puertorriqueña.
Sotomayor, quien de ser ratificada en el puesto será la primera hispana en llegar a la Corte Suprema estadounidense, asegura que aunque a la gente le toma algo de tiempo en conocerla, finalmente “se dan cuenta de que no soy una persona desagradable, que en realidad soy divertida, muy abierta y muy humana”.
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El senador republicano Lindsey Graham declaró a la prensa que quiere saber “si este asunto del temperamento ha sido exagerado o si ella realmente es así”.
El complejo temperamento de Sotomayor se hizo popular cuando los abogados que defendían sus casos se topaban con una jueza muy exigente.
Si el abogado evitaba responder o daba una respuesta floja, repetía la pregunta e insistía en que fuese más preciso. Aunque la mayoría de legisladores consultados opinan que Sotomayor será una “gran jueza” en la Corte Suprema.