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Periodista salvadoreño se exilia por amenazas de pandillas


Un pandillero recibe la comunión en una cárcel salvadoreño, luego de alcanzar un acuerdo entre pandillas rivales y el gobierno para disminuir el número de homicidios en El Salvador.
Un pandillero recibe la comunión en una cárcel salvadoreño, luego de alcanzar un acuerdo entre pandillas rivales y el gobierno para disminuir el número de homicidios en El Salvador.

El director del periódico digital salvadoreño El Faro, Carlos Dada, salió hoy de su país tras no recibir protección del Ministerio de Justicia y Seguridad,

El director del periódico digital salvadoreño El Faro, Carlos Dada, salió hoy de su país tras recibir amenazas de muerte de parte de las pandillas y no recibir protección del Ministerio de Justicia y Seguridad, informó la organización Periodistas sin Fronteras.

El periodista no quiso precisar el lugar a donde se dirige ni la duración de su exilio.

El Faro reveló hace unas semanas las presuntas negociaciones secretas entre el gobierno y las pandillas los Maras para que se redujera el alto índice de homicidios en el país, a cambio de que cerca de treinta de miembros de la mara Barrio 18 y de la mara Salvatrucha (MS-13) que se encontraban en una prisión de máxima seguridad, fueran trasladados a otros centros penitenciarios y gozado de otras condiciones carcelarias. Algunas versiones de prensa, aseguran que la negociación también incluyó fuertes sumas de dinero.

El gobierno inicialmente negó el acercamiento, pero los homicidios disminuyeron sensiblemente.

De casi 14 asesinatos diarios, uno de los índices más altos en el mundo, El Salvador pasó a registrar unos 6 homicidios entre el 9 y el 31 de marzo, es decir, menos de la mitad.

Según las encuestas, la violencia ha sido una de las mayores preocupaciones de los salvadoreños y una de las causas más señaladas en la derrota electoral que sufriera el partido en el gobierno en las elecciones para alcaldes y diputados, el mes pasado. El oficialista Frente Farabundo Martí, FMLN, mantuvo el control de la seguridad pública en El Salvador, hasta que a principios del año el presidente Mauricio Funes les destituyó de esos cargos y nombró al general en retiro, David Munguía Payés, como ministro de Seguridad y Justicia.

En un comunicado suscrito por la MS-13 y el Barrio 18, los líderes de las pandillas se refirieron a la decisión de no agredirse mutuamente como “un proceso” que recién comienza, y cuya meta sería que “el pueblo salvadoreño sea el único beneficiado”.

Como gesto de buena voluntad, aseguran, se han comprometido a no realizar ataques contra elementos de la policía, de la fuerza armada y de centros penales.Pero más allá de estos dos aspectos, no hay compromiso público alguno.

“Las pandillas siguen obligando a pagar la llamada renta –el principal sostén financiero de estos grupos– bajo amenaza de muerte, no se han comprometido a entregar arma alguna (mucho menos los cohetes LAW que, según el gobierno, han adquirido) y mantienen intacto su andamiaje de control social en las comunidades en las que tienen fuerte presencia”, reportó El Faro en su edición de esta semana.

“La desaparición de las pandillas no es siquiera una opción, ni a mediano ni a largo plazo. Lo que se ofrece a la sociedad, en el mejor de los casos, es una ‘reconversión’ ”, afirma en su nota el periódico.

Los temores de Dada se vieron aún más justificados el 22 de marzo, cuando se difundió por la radio un comunicado de presuntos voceros de las pandillas mientras el periodista participaba en un programa de televisión. “Consideramos inaudito que existan personas como Carlos Dada”, decía el comunicado.

Al final del programa, Dada hizo públicamente responsable de su seguridad al presidente de la República y ex colega, Mauricio Funes.
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