El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó una orden ejecutiva que le da un nuevo giro a la forma en que el gobierno conduce negociaciones con criminales para rescatar a estadounidenses capturados.
El mandatario dijo que la nueva política, que sustituye a la bien conocida tradición de “no negociar con criminales”, se divide en tres áreas específicas.
Una de esos puntos es permitir a las familias de una persona secuestrada, negociar de forma privada con los secuestradores, e incluso, el gobierno “podría brindar asesoría en esa negociación”.
Obama también aseguró que la nueva orden ejecutiva permite una mejor organización dentro de las distintas ramas del gobierno, involucradas en un intento de rescate de estadounidenses capturados.
Y finalmente, “cambiaremos la forma en la que tratamos a las familias que están sufriendo la pérdida temporal de un familiar”, especificó el mandatario.
“Ellos deben ser tratados como se lo merecen, como aliados activos en la recuperación de sus seres queridos. Estamos todos en el mismo equipo”, sostuvo Obama.
Aunque el presidente estadounidense enfatizó que “ninguna familia debería pagar un monto de dinero para rescatar a sus seres queridos”, el gobierno de Estados Unidos dejará de amenazar con procesar a las familias que intenten negociar con los captores o pagar rescates para conseguir su liberación.
La revisión que ha tomado seis meses es el resultado de las críticas al gobierno de Obama por parte de algunos parientes de víctimas, que dijeron haber sido amenazados con ser procesados si trataban de conseguir el dinero para pagar un rescate.
Varios rehenes estadounidenses han sido asesinados en los años pasados en el Medio Oriente, incluyendo algunos que fueron decapitados en videos divulgados por el grupo Estado islámico.
A diferencia de algunos aliados europeos, Estados Unidos insiste en no ceder ante los secuestradores y tiene una estricta estrategia de no pagar rescates bajo el argumento de que estos solo incentivan más secuestros y proporciona fondos a los militantes.
No obstante, el año pasado Estados Unidos liberó a cinco prisioneros talibanes detenidos en la base naval de Guantánamo, Cuba a cambio de la liberación del sargento Bowe Berghdahl, que había sido retenido durante cinco años por los talibanes en Afganistán.
