La familia del rehén estadounidense, Warren Weinstein, muerto accidentalmente durante el ataque de un dron estadounidense en la frontera entre Afganistán y Pakistán había pagado rescate por su liberación, pero al-Qaeda decidió no liberarlo y demandó realizar un canje de prisioneros.
El empleado de USAID de 73 años y abuelo con residencia en Rockville, Maryland fue secuestrado de su casa en Lahore en agosto de 2011 y permaneció secuestrado tres años y medio.
Su esposa, Elaine Weinstein, dijo que su esposo “pasó su vida entera trabajando para ayudar a la gente en muchas partes del mundo y amaba el trabajo que hacía para mejorar la vida de la gente”.
En 2012 y 2013, Weinstein apareció en unos videos pidiendo al presidente Barack Obama que negociara su liberación.
“Hace nueve años vine a Pakistán para ayudar a mi gobierno, y lo hice en una época en que la mayor parte de los estadounidenses no estaban dispuestos a venir aquí. Y ahora cuando necesito a mi gobierno parece que me ha abandonado y olvidado”, dice Weinstein en la grabación de 13 minutos.
Al-Qaeda había dicho que liberaría a Weinstein si Estados Unidos detenía los bombardeos en el Medio Oriente y también demandaba la liberación de todos los miembros de al-Qaeda y el Talibán en todo el mundo. La Casa Blanca pidió la liberación de Weinstein, pero dijo que Estados Unidos no negociaría con terroristas.
En su declaración, Elaine Weinstein dice que su familia había esperado que Estados Unidos y Pakistán hicieran más porliberarlo y que “no hay palabras que hagan justicia para describir la desilusión y el dolor por el que estamos pasando”.
El presidente Barack Obama pidió disculpas de manera personal por la muerte de los rehenes.
“Como presidente y comandante en jefe, me hago completamente responsable de todas las operaciones antiterroristas, incluyendo las que accidentalmente cobraron la vida de Warren y Giovanni (Lo Porto). Lamento profundamente lo que sucedió”, dijo Obama.
