Cada vez son más los productos alimenticios contaminados con diferentes residuos de plaguicidas utilizados en la producción agrícola.
Los datos señalaron la tendencia hacia la presencia de distintos tipos de residuos especialmente en frutas y verduras.
A pesar de que los científicos discrepan sobre los riesgos asociados a los plaguicidas, cada vez existen más señales que indican la existencia de residuos de plaguicidas en los alimentos.
Los expertos en toxicología están acostumbrados a examinar los efectos de cada sustancia por separado y a evaluar su seguridad en un ambiente aislado.
No obstante, aquellas sustancias cuyos efectos deseados sobre los campos son similares, también pueden tener un efecto tóxico acumulado en nuestros platos.
Los investigadores informaron que la mitad de los plaguicidas que se utilizan en la actualida, no pueden detectarse con los métodos de análisis que se utilizan habitualmente.
Además, los científicos dijeron que las pruebas de los laboratorios apenas detectan la mitad de las substancias dañinas en los alimentos.
De los 1,350 tipos de plaguicidas que se utilizan en todo el mundo, sólo cerca de 500 se conocen bien y pueden detectarse con los métodos de análisis químicos.
Sin embargo, la utilización de dichos residuos no es inevitable, ya que en la agricultura ecológica no se utilizan plaguicidas químicos.
Así mismo, muchos agricultores convencionales suscritos a programas de reducción del uso de plaguicidas demostraron que estos sólo se utilizan como último recurso en una serie de medidas destinadas a proteger la cosecha.
El uso de plaguicidas puede reducirse sustancialmente e incluso evitarse siempre que se elijan especies adaptadas al terreno, se mantenga la tierra fértil mediante la rotación sostenible de cultivos y se aprovechen los beneficios que aportan las especies.