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Biotipo: común denominador del medallista olímpico


De izquierda a derecha, Michael Phelps, Kim Un Guk, Usain Bolt, Erick Barrondo y Gabrielle Douglas.
De izquierda a derecha, Michael Phelps, Kim Un Guk, Usain Bolt, Erick Barrondo y Gabrielle Douglas.

¿Por qué en todas las olimpiadas se corre más rápido, se salta más alto y se levanta más peso?

Las leyes de la física aplican a todo y a todos, y los atletas olímpicos no son la excepción: si quieren saltar, necesitan fuerza en las piernas para vencer la gravedad; si quieren correr más rápido, la inercia tiende a frenarlos; si quieren levantar peso, de nuevo, la gravedad trata de impedirlo, si quieren nadar más rápido, la resistencia del agua se los impide.

Y entonces, ¿por qué en todas las olimpiadas hay un nadador como Phelps, un atleta como Usain Bolt, una gimnasta como Gabrielle Douglas o un levantador de pesas como el norcoreano Kim Un Guk que rompen marcas a las que nadie ha llegado?

La respuesta, según el bloguista Adam Cole está en el biotipo, es decir, las características físicas de una persona que la hacen tener el cuerpo ideal para un deporte específico.

El jamaiquino Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo, no tiene ni los reflejos suficientes para hacer una salida decente. Generalmente es el último en reaccionar al disparo de salida y sin embargo gana con una facilidad hasta pasmosa. Pero como cita Cole en su blog para National Public Radio (NPR), desde el punto de vista de la física, carreras como los 100 metros son una competencia en la que los atletas básicamente van cayendo hacia adelante de manera controlada. Los corredores con centros de gravedad altos pueden “caer” más rápido y mientras más alto se es, más alto está el centro de gravedad. Con casi 1.96 metros de alto, Bolt tiene un centro de gravedad alto que le permite correr como nadie.

Lo de Bolt es contrario a los gimnastas. En gimnasia para girar y voltearse en el aire, ayuda que mientras menos haya que rotar, mejor. Igualmente, para mantener el equilibrio, mejor un centro de gravedad bajo que uno alto más inestable. Así que las gimnastas suelen ser pequeñitas, fuertes, flexibles y poco desarrolladas o adolescentes que reúnan estas características como es el caso de la estadounidense Gabrielle Douglas y antes que ella, Nadia Comaneci y Mary-Lou Retton.

Los nadadores son otra cosa. Para ellos es importante tener brazos largos, piernas cortas y espaldas en forma de delta para vencer la resistencia del agua. El biotipo de Michael Phelps cumple a cabalidad con esa descripción y por algo es el atleta más premiado en toda la historia. El biotipo del japonés típico, por ejemplo, no entra en este esquema y es por eso que hay poquísimos nadadores japoneses destacados y en cambio muchos estadounidenses, europeos, australianos y neozelandeses en la lucha por las medallas.

Llama la atención el pesista norcoreano Kim Un Guk que estableció en Londres un nuevo récord de peso total levantado, es decir levanta más con menos peso corporal. Levantó 384 libras en la especialidad de Clean and Jerk. Mide apenas 1.57 metros de altura y pesa 137 libras, pero tiene piernas y brazos cortos, porque en esta especialidad mientras más cortas las extremidades, mejor; así no hay que levantar la barra tan alto y por lo tanto no se gasta tanta energía.

Finalmente, para hablar de energía hay que hablar de los fondistas. El mayor problema para un corredor de maratón es el calor corporal. Los cuerpos pequeños y delgados disipan más eficientemente el calor. Si bien algunos fondistas son altos y otros son bajos, casi todos son extremadamente delgados. Prototipo ideal: los corredores africanos delgados y de largas piernas, o el guatemalteco Erick Barrondo, que ganó plata en la caminata de 20 kilómetros.
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