Obama señaló que el ataque químico, que calificó de “asalto a la dignidad humana”, constituye un serio riesgo para la seguridad de EE.UU. y que puede conducir además a un escalamiento en el empleo de tales armas contra naciones vecinas y aliadas como Israel, Turquía, Irak, Jordania y Líbano.
No precisó sin embargo cuándo se llevará a cabo y se limitó a decir que podría tener efecto lo mismo días, que una semana o un mes. Mientras el presidente hablaba, en las afueras de la Casa Blanca decenas manifestantes gritaron consignas de protesta contra cualquier acción militar en Siria
En su mensaje al mundo y a los estadounidenses, el presidente indicó que la operación será diseñada con duración y objetivos militares limitados, que EE.UU.no pondrá tropas sobre el terreno, y que como líder de la nación lo consultará antes con el Congreso.
Según Obama, informes de inteligencia prueban que las fuerzas del régimen de Bashar al-Assad fueron autoras del ataque químico que ahora niegan haber realizado.
También dijo haber dialogado ya con los dos líderes republicanos y los dos demócratas del Capitolio y todos estuvieron de acuerdo en dar inicio cuanto antes a discusiones legislativas para recabar luz verde del Congreso a la operación.
El secretario de Defensa, Chuck Hagel, y el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, figuran entre las altas figuras del gobierno que estarán en contacto hoy con congresistas y líderes legislativos.