El edificio todavía no está terminado, por lo que la marca es preliminar, pero con las columnas de acero que colocarán este día los constructores, si es que el viento lo permite, darán al armazón sin terminar una altura de 416 metros (1.250 pies), un poco más que el observatorio del edificio Empire State.
Los obreros siguen agregando pisos a la llamada "Torre de la Libertad", y no alcanzará su altura completa al menos por otro año, cuando será declarado el edificio más alto de Estados Unidos y el tercero del mundo.
Aún así, hay controversia sobre la verdadera altura del edificio, debido a que la altura objetivo sólo se logrará al agregar una aguja de 130 metros (408) pies. Sin ella, tendrá que conformarse con el segundo lugar tras la Torre Willis de Chicago.
"La altura es algo complicado", dijo Nathaniel Hollister, vocero del Consejo de Rascacielos y Hábitats Urbanos, una organización con sede en Chicago, considerada una autoridad en la materia.
Los eruditos han discrepado desde hace tiempo si, a la hora de medir la altura de un rascacielos, deben ser contadas o no las antenas, mástiles y otros remates colocados sobre el tejado.
Los apasionados de la arquitectura sostienen que las antenas no deberían ser contadas para determinar la altura de un edificio.
Una antena, sostienen, es más bien como un mueble en lugar de un remate arquitectónico, algo parecido a una silla en un tejado que, de igual forma, puede ser agregada o retirada. El edificio del Empire State no agregó la suya hasta 1952.