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México: impunidad y peligro para la prensa


La ofensiva militar contra los cárteles de la droga fue lanzada en 2006 por el gobierno de Felipe Calderón.
La ofensiva militar contra los cárteles de la droga fue lanzada en 2006 por el gobierno de Felipe Calderón.

Reporteros Sin Fronteras realizó una misión en México y constató que es el país “más peligroso” para la prensa en el continente americano. El fin de esta “tragedia” necesita de la “contrapartida de Estados Unidos”, según RSF.

Con 55 periodistas asesinados y ocho desaparecidos desde el 2000 en relación a su actividad profesional, México es considerado como el país “más peligroso del continente para la libertad de prensa”, según un informe de la organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras (RSF).

El último periodista mexicano en ser asesinado fue Norberto Miranda Madrid, responsable de la página Internet de la emisora en línea Radio Visión, el 23 de septiembre de 2009, según RSF.

Ese día, tres hombres encapuchados irrumpieron en la redacción, preguntaron quién era Norberto Miranda y luego que él se identificase lo ejecutaron a sangre fría.

Del 4 al 12 de julio de 2009, miembros de RSF efectuaron una misión en México en la que se reunieron, entre otros, con el número dos del gobierno federal, el titular de la Secretaría de Gobernación, Fernando Francisco Gómez-Mont Urueta.

La misión trabajó específicamente en los Estados de Michoacán (al oeste de México) y Guerrero (al sur).

“Lo que se constató tras esta misión es, por desgracia, abrumador para las autoridades, tanto locales como federales”, según el informe.

“La pasividad, la negligencia o la neutralización mutua de instituciones de más dedicadas a la defensa de la libertad de prensa en todos los niveles del poder (ejecutivo, parlamentario y judicial), no son las únicas en tela de juicio en la perpetuación del calvario de la prensa mexicana”, aseguró la organización.

“Las autoridades también se han convertido en cómplices, e incluso responsables, de graves violaciones de los derechos humanos, entre otros el de informar”.

El drama del crimen organizado, que repercute en el trabajo y en la seguridad de los periodistas, no sólo está relacionado con la infiltración de los narcotraficantes en los engranajes del poder.

También está relacionado con la “escalada de la seguridad pública alimentada por la ofensiva militar contra los cárteles de la droga, lanzada en diciembre de 2006”, según el informe.

Pese a que en 2006 se instauró la Fiscalía Especial de Atención a los Delitos cometidos contra Periodistas (FEADP), “desgraciadamente” la situación no ha cambiado, aseguró la organización.

“Reporteros sin Fronteras no desea abundar en la polémica pero constata con sus detractores que la Fiscalía no ha sido de ninguna utilidad en una situación cada vez más alarmante para la seguridad de los periodistas de la libertad de prensa en general”.

Como parte de sus recomendaciones, RSF pidió que se federalicen los juicios de la libertad de prensa, y que se haga una “reforma orgánica” de la Procuraduría General de la República (PGR) y en particular de la FEADP, “que se debe dotar de medios de investigación y de poderes jurídicos ampliados”.

La organización también sugirió que Estados Unidos colabore más con México en el combate al crimen organizado, ya que el 80% de la droga que sale de México va al país vecino. En contrapartida, la mayoría de las armas que circulan en territorio mexicano provienen de Estados Unidos.

“Un control de las armas, impuesto por el gobierno federal de Washington, por muy difícil que sea su obtención, representa la contrapartida indispensable de Estados Unidos sin la que ninguna guerra contra los cárteles, ni en México ni en ningún otro lugar, se pueda ganar”, recomendó RSF.

“En ausencia de tal medida, la tragedia mexicana no tendrá fin”.

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