El Gobierno mexicano calificó el incidente como un abuso de la fuerza por parte de las autoridades estadounidenses y solicitó una “exhaustiva” investigación, a través de un comunicado.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México ofreció apoyo jurídico a la familia de la víctima y se comprometió a dar seguimiento a la investigación.
Hasta al momento se ha comprobado que las heridas encontradas en el cuerpo de la víctima, fueron producidas por un proyectil compatible con las armas de fuego utilizadas por los agentes de EE.UU., según el mismo comunicado.
La patrulla fronteriza declaró a la agencia AP, que sus agentes dispararon desde su margen fronterizo luego de que fueron apedreados y amenazados con un arma desde territorio mexicano. Igualmente, declaró que varias personas fueron detenidas por el caso, pero no dio detalles.
Hasta el momento se desconoce oficialmente la identidad de la víctima, pero al parecer se trata de Juan Pablo Pérez Soto, un leñador de 30 años, que el día sábado estaba trabajando en la frontera mexicana y fue atacado por un agente estadounidense, quien cruzó hacia el lado de México para dispararle, según otras versiones.
La acusación fue hecha por la hermana del fallecido a la agencia AP, quien además indicó que su hijo de 14 años fue uno de los detenidos por la patrulla fronteriza.
Por el momento, tanto la justicia estadounidense como la mexicana, avanzan con la investigación en torno al incidente.
No es la primera vez que las autoridades estadounidenses, se ven envueltas en un caso de este tipo. En 2010, un agente de la Patrulla Fronteriza en El Paso, baleó hasta la muerte a un joven mexicano de 15 años a través del Río Bravo, luego de ser atacado a piedra por varias personas.