Miles de seguidores de la candidata izquierdista hondureña Xiomara Castro marcharon de forma pacífica el domingo demandando el recuento de votos de la elección presidencial del domingo pasado.
El Tribunal Supremo Electoral, con el 99% de los sufragios contados, confirmó el triunfo del candidato oficialista, Juan Orlando Hernández, por una diferencia de ocho puntos porcentuales.
Hablando a sus seguidores, Castro prometió continuar luchando por el recuento de votos.
Los observadores internacionales, incluyendo los de la OEA, la Unión Europea y de los Estados Unidos, que monitorearon la elección dijeron en cambio que el proceso se condujo sin irregularidades.
No obstante un editorial del periódico Tiempo, de San Pedro Sula, califica el proceso de fraudulento.
“Por el momento –dice el editorial—la contundencia del fait accompli supera la lógica de la oposición al resultado oficial proclamado por el TSE, sin importar la abundancia de pruebas fehacientes y de análisis técnicos sobre la consumación del fraude”.
“Un fraude –dice—que por su profundidad y extensión da creación a una nueva modalidad del golpe de Estado electoral, o, si se quiere, la continuidad del golpe de Estado 28-J de 2009”.
Castro y su esposo, el derrocado expresidente Manuel Zelaya estuvieron en la manifestación junto al ataúd del activista Antonio Ardón, asesinado el sábado por desconocidos.
El Tribunal Supremo Electoral, con el 99% de los sufragios contados, confirmó el triunfo del candidato oficialista, Juan Orlando Hernández, por una diferencia de ocho puntos porcentuales.
Hablando a sus seguidores, Castro prometió continuar luchando por el recuento de votos.
Los observadores internacionales, incluyendo los de la OEA, la Unión Europea y de los Estados Unidos, que monitorearon la elección dijeron en cambio que el proceso se condujo sin irregularidades.
No obstante un editorial del periódico Tiempo, de San Pedro Sula, califica el proceso de fraudulento.
“Por el momento –dice el editorial—la contundencia del fait accompli supera la lógica de la oposición al resultado oficial proclamado por el TSE, sin importar la abundancia de pruebas fehacientes y de análisis técnicos sobre la consumación del fraude”.
“Un fraude –dice—que por su profundidad y extensión da creación a una nueva modalidad del golpe de Estado electoral, o, si se quiere, la continuidad del golpe de Estado 28-J de 2009”.
Castro y su esposo, el derrocado expresidente Manuel Zelaya estuvieron en la manifestación junto al ataúd del activista Antonio Ardón, asesinado el sábado por desconocidos.
